jueves, 30 de julio de 2009

Las razones del éxito del Banco Grameen

Publicado en la separata de Responsabilidad Social Empresarial del Diario La República de Bogota, 30 julio 2009

César Ferrari

El Banco Grameen, Nobel de Paz 2006, paradigma mundial del microcrédito, es una entidad comercial por acciones establecido en Bangladesh.

Realiza operaciones como cualquier banco pero otorga crédito sólo a pobres, a una tasa reducida de interés simple equivalente a 10.2% efectiva anual.

La base de su éxito, 8 millones de clientes, 1.5% de morosidad, reside principalmente en la metodología con que opera: Créditos individuales, costos operativos reducidos y mecanismos de fidelización adecuados. Los créditos que otorga son a individuos, no a grupos.

Así, la responsabilidad también es individual. Pero para recibir el crédito el prestatario tiene que participar en un grupo de cinco personas y éste en un centro de ocho grupos.

Grupos y centros se reúnen semanalmente con un promotor del Grameen para decidir y entregar los créditos y recoger los ahorros. Las relaciones entre el Banco y sus prestatarios son de confianza; no les exige ningún tipo de documento, garantía o aval.

Sus costos son reducidos porque no realiza análisis de crédito, seguimiento de los mismos, ni capacita técnica o financieramente a los prestatarios.

El análisis de solvencia de prestatario y “proyecto” lo realiza la comunidad a través del grupo y del centro correspondiente. El promotor no aprueba los créditos, no determina su tamaño, ni sugiere en que invertir.

Fidelización

Sus mecanismos de fidelización incluyen:
1. Pertenencia de cada prestatario a un grupo y centro y otorgamiento de los créditos en forma sucesiva en cada grupo. El crédito no se otorga al segundo prestatario si el primero no está al día en sus obligaciones. Así, el propio interés induce a seleccionar compañeros de grupo y centro responsables, a aprobar proyectos viables y a estar al día en las obligaciones.

2. Créditos subsecuentes de montos crecientes si las obligaciones individuales y de grupo se mantienen al día. De tal modo, el crédito inicial siempre es mínimo.

3. Depósitos de ahorro remunerado, obligatorios en forma regular y eventuales como proporción del crédito recibido.

4. Adquisición de acciones del banco por parte de los prestatarios con sus ahorros.

La elección de dicha metodología no es casual. Metodologías que incluyen análisis detallado de los créditos en términos de solvencia de cliente y proyecto, seguimiento de las operaciones financiadas y capacitación de los prestatarios, son inviables a tasas de interés razonables o requieren subsidios elevados. Al incluirlas, la administración de la operación financiera resulta más cara que el propio crédito.

Por otro lado, si la metodología no incluye mecanismos de fidelización, la probabilidad de cumplimiento oportuno y pleno de las obligaciones de pago se reduce notoriamente. La fidelización adecuada es lo que en últimas garantiza el cumplimiento de las obligaciones.

Tasa de interés
La definición de la tasa de interés tampoco es trivial. Se dice que los pobres pagarían cualquier tasa de interés a fin de acceder a un crédito que les es inalcanzable.

Absurdo, si la tasa supera la rentabilidad de la operación que financia, el crédito se vuelve impagable. Más aún, las actividades económicas de los pobres usualmente se realizan con escaso capital fijo y, por lo tanto, la posibilidad que alcancen tasas de rentabilidad elevadas es reducida porque su productividad es también baja.

Estamos en mora de replicar un esquema similar en beneficio de los pobres del país.

miércoles, 15 de julio de 2009

Frente al presente y al futuro

Publicado en La república de Bogota el 15 julio 2009

César Ferrari


En el primer trimestre de 2009 el PIB colombiano decreció 0.6%, y en el cuarto trimestre del 2008, 1%.


Para el 2009, The Economist prevé para Colombia un decrecimiento de 2%, una desaceleración notable respecto al crecimiento de 2.5% en 2008 y 7.5% en 2007. Pero sin un verdadero plan contra-cíclico, la recesión podría ser mayor y, con ello, el desempleo y el subempleo.


En ese contexto, en primer lugar, parece obvio contar con una reducida tasa de interés del BR. En los últimos meses pasó de 10% a 4.5%. Hay aún margen para seguir reduciéndola. En Perú, por ejemplo, con mejores perspectivas, el banco central acaba de reducirla a 2%.


Se requiere también que el gasto fiscal civil aumente. El problema es cómo financiarlo, pues el fisco no ahorró durante la bonanza. Tendrá que ser con recursos externos o monetarios, pues colocar bonos al sector privado, en momentos de reducción del ingreso, requeriría tasas de interés elevadas que provocarían una mayor contracción del crédito.


Pero el financiamiento externo puede conducir a revaluar la tasa de cambio, como viene ocurriendo. Y una expansión fiscal que no se dé con una tasa de cambio competitiva, es decir elevada y sostenida, ayudará a la recuperación de la economía china pero no de la colombiana pues elevará las importaciones. Para evitar esa revaluación se requerirá, entonces, complementariamente, monetizar ese financiamiento acumulando reservas por parte del BR.


El financiamiento monetario del déficit está condicionado por la posibilidad de respuesta de la oferta a la mayor demanda, sea con mayor uso de capacidad ociosa de producción, expansión de productividad o de esa capacidad. Para ello habrá que hacer competitivo al sector transable. Y para aumentar productividad y capacidad habrá que promover la inversión con rentabilidades adecuadas y tasas de interés reducidas que aumenten sus oportunidades.


Pero si se piensa a más largo plazo, es necesario diseñar y aplicar una política económica anti-cíclica que reduzca la dependencia del país de los ciclos internacionales, es decir menos dependencia de materias primas y de mercados inestables vecinos que dependen de materias primas. Para ello deben retomarse los esfuerzos de industrialización, haciendo competitiva a la industria.


El ejemplo es China. Es menos afectada por las crisis internacionales porque el 95% de sus exportaciones son productos manufacturados cuyos precios internacionales son más estables. Para ello, desde hace más de un decenio mantiene una tasa de cambio muy elevada y estable que otorga a su producción de transables una competitividad notoria. Lo logra acumulando reservas internacionales que a la fecha suman casi dos millones de millones de dólares.


Así, para lograr un futuro promisorio habrá que implementar: 1) una política monetaria que induzca una tasa de cambio real elevada y sostenida, 2) una política fiscal que desarrolle la infraestructura en pro de la competitividad de la producción transable y, particularmente, 3) una regulación que favorezca la competencia en los mercados crediticios y de servicios. Al contrarrestar fallas prominentes en esos mercados, inducirá menores tasas de interés, márgenes de intermediación y precios respectivamente y, con ello, favorecerá la competitividad de los usuarios.


Están en juego la minimización de la crisis y la sostenibilidad del crecimiento, para la superación de la pobreza y la reducción de la inequidad. Hay que afrontarlas.

Perú: crecimiento con convulsión

Publicado en El Espectador de Bogotá el 23 junio 2009

Análisis sobre la realidad inca
Por: César Ferrari


El 5 de junio hubo 34 muertos en Bagua, en el nororiente peruano: 12 indígenas huambisas y huitotos, y 22 policías. Fuentes no oficiales contabilizaron 60 muertos, indígenas en su mayoría. Disparos desde helicópteros y a pie por un lado y heridas de arma blanca sobre policías prisioneros por otro se señalan como los causantes.

La Policía intentaba desbloquear una carretera que comunica el norte de la Amazonia con el resto del país. El bloqueo era parte de una protesta, iniciada en abril de 2009, contra una legislación en favor de la inversión privada, que según los indígenas violaba sus derechos y sus territorios sin otorgarles beneficios mayores. Según varios constitucionalistas, dicha legislación era inconstitucional.

Como desenlace, el gobierno del presidente García, que defendió arduamente tal legislación, se vio obligado a solicitar de urgencia su derogatoria al Congreso, controlado por la mayoría gobiernista. Éste procedió en consecuencia.

Un año antes, el 17 de junio de 2008, luego de varios meses de negociaciones infructuosas, la población de Moquegua bloqueó la carretera Panamericana e incomunicó a su vecino departamento de Tacna, limítrofe con Chile, con el resto del territorio nacional. El descontento de los moqueguanos era ocasionado por lo que consideraban una injusta distribución del canon minero en su contra y en favor de sus vecinos.

Esa vez la multitud desarmó a 60 policías y los encerró por varios días en el estadio de Moquegua. Para evitar una matanza, la Policía no quiso emplear sus armas y los gases lacrimógenos resultaron insuficientes para controlar la convulsión.

Luego de varios días de negociaciones, los moqueguanos levantaron el paro y liberaron a los policías a cambio de mayor canon y más inversiones públicas.
Pero dichos conflictos no son los únicos. Habría que añadirles en los últimos tres años: la paralización del Cusco, un paro agrario que bloqueó las carreteras peruanas y los de mineros, maestros, médicos, docentes universitarios y Poder Judicial.

Paradójicamente, estos conflictos ocurrieron en medio de una bonanza económica. En 2008 Perú creció 9,8% con una inflación de 5,8%. En los últimos cinco años las tasas promedio de crecimiento y de inflación fueron 7,6 y 3%, respectivamente.

¿Por qué con un crecimiento tan acelerado ocurre un cuadro social tan convulsionado?

El gobierno ha insinuado que estas alteraciones del orden son promovidas por agitadores extranjeros. Sin embargo, resulta poco creíble que unos pocos causen semejante situación en todo el país, en diferentes sectores sociales y durante tanto tiempo. De otro lado, es inimaginable que un líder aimara (Evo Morales) condicione el comportamiento de poblaciones amazónicas.

Más razonable sería considerar que el mayor crecimiento económico ha creado en la población grandes expectativas de bienestar y demandas por mayores ingresos. Ante ese crecimiento, entenderían que su pobreza y la iniquidad que la acompaña son inaceptables.

No dejan de tener razón. Según la CEPAL, el 31% de la población peruana urbana y el 69% de la rural son pobres. A su vez, de acuerdo con el World Factbook de la CIA, en 2005 el índice GINI de concentración del ingreso familiar fue 49,8, el 26° peor entre 135 países (Bolivia el 7° y Colombia el 15°).

La convulsión podría agravarse por la desaceleración económica que la crisis mundial está produciendo: la población seguiría con sus expectativas y los recursos para atenderlas serían menores. The Economist estima que en 2009 Perú crecería 1,3%.

En el fondo, lo que la población estaría cuestionando es un crecimiento económico inequitativo. Ocurre así porque deriva principalmente de buenos precios internacionales de las materias primas. Los ingresos externos correspondientes benefician a las empresas que las producen, a las que abastecen a las primeras y al Estado, que recauda mayores impuestos. Éstas tienden a ser poco intensivas en mano de obra.

A su vez, la abundancia de divisas produce una revaluación cambiaria que contribuye a reducir la inflación. Pero dicha revaluación acorta también la competitividad y, por lo tanto, la producción del resto de las actividades productivas. Éstas son las que generalmente emplean mano de obra abundante. De tal modo, gran parte de la población queda fuera de la bonanza.

Pero, probablemente la causa principal de la convulsión peruana reside en la herencia del presidente Fujimori. Su gobierno representa la corrupción más grande y extendida de la historia del país, incluyendo asesinatos y secuestros, muchos como crímenes de Estado. Su régimen comprometió en todo tipo de ilícitos a gran parte de la clase dirigente. Con ello destrozó muchas de las instituciones y organizaciones más importantes del país. Por eso nadie respeta a nadie o a casi nadie.

¿Será sostenible este escenario en el largo plazo? Difícil, tarde o temprano la inversión se paralizaría por cuenta de la incertidumbre. Le toca a Perú lograr un crecimiento con equidad y reconstruir sus instituciones.